La Cuarta Transformación festejó su séptimo aniversario con un "acto de defensa" en el Zócalo, movilizando a 600 mil personas...
La Cuarta Transformación festejó su séptimo aniversario con un "acto de defensa" en el Zócalo, movilizando a 600 mil personas (o lo que dijeran los organizadores, ya que el espacio no da para tanto) mediante el sacrosanto ritual del acarreo priista, que Morena prometió abolir. El objetivo era contrarrestar el "noviembre negro" de protestas y asesinatos. El despliegue de fuerza demostró una capacidad logística tan asombrosa que solo queda preguntarse: ¿Y si esa energía se usara contra el crimen?.
Justo cuando el oficialismo celebraba, el crimen organizado en Michoacán hizo estallar un coche bomba, un "artilugio mortal" que dejó cinco muertos, recordándonos que la violencia sigue siendo la verdadera prioridad nacional. La nueva Fiscal General, Ernestina Godoy, cometió el faux pas de catalogarlo inicialmente como "terrorismo", dándole la razón a Donald Trump sobre la naturaleza de los cárteles, obligando a una rectificación veloz a "delincuencia organizada" (porque usar explosivos para aterrorizar no es político, es solo un negocio muy sucio).
En el Congreso, la Ley de Aguas se aprobó a toda prisa, en un ejercicio de fast-track legislativo orquestado por Adán Augusto López, demostrando que en la 4T los "pobres y pueblos originarios" solo importan cuando toca vitorear, no cuando toca consultarles sobre la "expropiación indirecta" de sus recursos.
A nivel internacional, la presidenta Claudia Sheinbaum regresó de Washington tras su primera reunión con Donald Trump. El magnate la trató "con un beso en la mejilla" y le dijo que era una "buena mujer", mientras que el presidente de la FIFA le hacía la barba a Trump entregándole un ridículo "Premio de la Paz". La preocupación real, sin embargo, es que si el Mundial 2026 se convierte en un "meme global", será porque los aeropuertos AICM y AIFA siguen en "obra negra logística", con baños deteriorados y accesos que ofrecen un pintoresco "paisaje de baches" para los turistas.
Finalmente, la cereza del pastel: Enrique Peña Nieto, el fantasma del "neoliberalismo", regresó discretamente de su "autoexilio" para ver a su madre, sin querer "dar pie a interpretaciones innecesarias" sobre su peso político, como si seis años después de ganarle a López Obrador y luego "entregarle" el país no fuera suficiente drama.