Ay, Noroña , Noroña... ¡monumento viviente a la austeridad republicana de la 4T ! Parece que el presidente del Senado tiene una interpre...
Ay, Noroña, Noroña... ¡monumento viviente a la austeridad republicana de la 4T! Parece que el presidente del Senado tiene una interpretación peculiarísima de los principios de la Cuarta Transformación, especialmente cuando se trata de sus bolsillos y su legendaria boquita.
Resulta que, mientras la 4T pregona la sencillez, Noroña, con la misma modestia de un rey, se ha agenciado una casita de 12 millones de pesos en Tepoztlán. ¡Una propiedad con vistas a la montaña y un amplio jardín que él califica de usual para la clase media! Y, para no desentonar, le suma una camionetita de 1.5 millones de pesos. Pero no se preocupen, él mismo aclaró el asunto con una frase que debería ir tatuada en el frontispicio de Morena: Yo no tengo ninguna obligación personal de ser austero.
¡Claro, faltaba más! La austeridad es para los acomplejados que lo criticaron por comprar en un City Market, ¿verdad? Para él, que ha trabajado muy duro y lo ha ganado con honestidad, el lujo es un derecho ganado con saliva y estulticia.
Y hablando de su lengua, ¡qué maravilla! Es afilada y no deja de levantar ampollas, como un bisturí de un cirujano ebrio. Su falta de filtro y discreción lo ha llevado a enfrentar hasta a su propio partido, ¡y eso que lo acogieron de rebote! Con su tono contestatario y mordaz, ha insultado abiertamente al cónsul de México en Miami llamándolo cretino, ha protagonizado riñas en aeropuertos VIP donde tildó de imbécil a un abogado (un abuso de poder que, bueno, ya se resolvió con disculpas forzadas), y hasta se le acusa de viajar en primera clase a Roma. ¡Un verdadero estadista!
Pero donde Noroña realmente brilla con luz propia es como generador de crisis internas. Sus declaraciones sobre una fractura del movimiento —llegando a decir que “la oposición fuerte... va a salir de nuestro movimiento”, obligaron a la mismísima presidenta Sheinbaum a salir presurosa a desmentirlo, con un lacónico pero demoledor: “No coincido en nada de lo que dijo”. Pobre Morena, teniendo que arreglar muchos de los descalabros públicos de Noroña, que no escatima en discursos con diplomacia nula.
En resumen, Noroña es el perfil belicoso de la 4T que, con sus lujos obscenos y su retórica incendiaria, se ríe en la cara de la austeridad y la unidad. Para él, los principios son como los calcetines: se usan si le da la gana, y si no, pues se tiran. La oposición, por supuesto, no duda en usar sus traspiés para señalar la falta de coherencia de la 4T. Y Noroña, ajeno a todo, sigue estirando la tolerancia de su partido sin miedo a las represalias, preguntándose, quizás, hasta dónde puede llegar antes de que el punto de ruptura se convierta en su nueva casa de Tepoztlán.
