AMLO se limpia el trasero con Acapulco (otra vez)

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AMLO se limpia el trasero con Acapulco (otra vez)


Andrés Manuel López Obrador nos ha dado una clase magistral de cinismo, o de cómo volver la tragedia de su negligencia e incompetencia con Acapulco en una oportunidad para medrar electoralmente y, obviamente, obtener los aplausos de las focas en las que se han convertido la gente que le va a Morena. ¿Cómo fue esto? En la Mañanera hoy el presidente dijo que proponía que el dinero que se le va a ‘quitar’ al Poder Judicial se vaya a la reconstrucción de Acapulco.

Así, de un plumazo, no solamente se olvidó de su propuesta anterior de convertir ese dinero en ‘becas’ para niños pobres, no, ahora ya dispuso de ese dinero para reconstruir Acapulco. Hágame usted el favor. Como si el dinero de la Federación se pudiera aventar, subir y bajar como si fuera una tanda. Bueno, las tandas tienen una lógica más centrada y certera que la lógica del propio presidente.

¿Por qué hace esto el presidente? Pues muy sencillo, no es nada más para obviamente alimentar la imaginación desbocada de sus seguidores, sino también para tratar de desviar la atención de lo que fue su increíble negligencia e incapacidad para atender una emergencia. Ahora si, la distracción es una de las armas más eficaces del presidente López Obrador: ahora resulta que se convierte no solamente en el salvador de Acapulco, sino que además le está ‘quitando’ al Poder Judicial de la Federación dinero para ‘reconstruir’ Acapulco, luego después del terrible fiasco en el que se ha convertido el manejo de la tragedia. Esta clase magistral de cinismo nos ilustra precisamente cómo la fantasía del gobierno está llegando ya a niveles insospechados. 

Pero sobre todo, la parte que más duele, la parte que de verdad indigna es que a López Obrador en realidad le importa un reverendo plátano lo que está sucediendo en Guerrero. Él se está dedicando a salvar al que considera único damnificado de todo esto: él mismo. Este intento de convertir lo que antes eran ‘becas’ ahora en ‘ayuda’ para Acapulco, también entrecomillado, es precisamente la última intentona de salvar la cola, su propia cola y la de nadie más. Me va a disculpar usted que esta sea una opinión que viene de la furia y del coraje y de la frustración pero es que ¿de qué otra forma podemos calificar las actitudes del presidente que ahora está convirtiendo justamente su propia incapacidad en una oportunidad política? Por supuesto que referencias hay muchas, pero lo quiero dejar a usted con este video que me acabo de encontrar justamente en la red de un acapulqueño que hace una comparación tremenda de cómo sobrevivió Paulina y de ahora cómo le está haciendo para sobrevivir el embate de Otis. Este acapulqueño justamente representa la frustración, el enojo y el encabronamiento que sentimos muchos mexicanos en este momento. Escúchelo: 

“Pero no se vale, porque yo soy damnificado de Paulina. A mí nadie me lo va a contar. Al otro día había tráilers repartiendo agua, víveres, y el presidente de la República andaba con botas echándole chingadazos. No se vale, este presidente vive en un país diferente, en el de las ilusiones. No se vale, señores. Ya que alguien le hable al presidente, yo sé que tiene asesores. Que despierte: nos está llevando la chingada en Acapulco, nadie le está metiendo. Hay niños enfermos, no hay pañales, no hay leche, no hay víveres. Es más, los mismos están sufriendo, no tienen agua ni comida. ¿Cómo van a trabajar? ¿Cómo le van a echar ganas? -No hay hospitales-. No se vale. Alguien tiene que decirle al presidente que está mal. Nos está llevando... pues qué quieren que les diga..."