La marcha de la “ Generación Z ” (convocada para protestar contra la inseguridad y la corrupción , “lo peor de nuestro país”) fue un fra...
La marcha de la “Generación Z” (convocada para protestar contra la inseguridad y la corrupción, “lo peor de nuestro país”) fue un fracaso cívico instantáneo, pues el PRIAN y un empresario sicópata (Salinas) secuestraron su impulso, según la lógica paranoica de la 4T. Para la chairiza la manifestación, que exigía justicia por el asesinato del alcalde Carlos Manzo, fue en realidad una “embestida desde la parte más oscura de la derecha mexicana, incluso con participación internacional, la ultraderecha, el fascismo”.
Afortunadamente, los benditos “halcones morenos” del Congreso, Adán Augusto López y Ricardo Monreal (el dúo dinámico que se odia en privado), salieron de su “megapuente” para defender a la Presidenta. El mensaje fue claro: Morena tiene "todo el poder", pero se siente amenazado por 17 mil personas, orquestadas por los malvados conspiradores profesionales: Claudio X. González, Roberto Madrazo y Mauricio Tabe.
La Presidenta Sheinbaum, que jura ser “más fuerte con el pueblo” y que "nunca se hizo responsable de los errores", recurrió a la victimización —una tradición sagrada de la 4T— para desviar la atención de Michoacán, donde la violencia es tan próspera que la agroexportación y las remesas suman 10 mil millones de dólares al año. Mientras tanto, el gobierno ofrece a los futuros policías auxiliares del estado $11,500 pesos al mes, muy por debajo del mínimo recomendado.
La cereza del pastel fue el Bloque Negro, ese grupo de choque que “nació en las entrañas del ala radical del obradorismo” y que es financiado por la Secretaría de Gobierno de la CDMX. Su función, además de hacer el ridículo con martillos y barretas, fue justificar que la policía agrediera a manifestantes pacíficos, mientras la Fiscalía se dedicaba a la “fabricación de culpables” imputando tentativa de homicidio a jóvenes.
En el Congreso, la oposición votó por una nueva ley contra la extorsión (¡hasta 42 años de cárcel!), un acto de “buenas intenciones” que será “letra muerta” porque, sorpresa, no tiene presupuesto. Por otro lado, Donald Trump, el “fascista” y amigo de Jeffrey Epstein, sigue amenazando con invadir, probando que los líderes de la 4T siempre tienen razón: la ultraderecha internacional está ahí, pero por lo visto, solo para hacerles publicidad.
Y para rematar, el gobierno acortó el desfile militar del 20 de noviembre para que la “Generación C-IA” no se tope con el Ejército, confirmando que, al final, la violencia no solo es irrelevante, sino que la guerra sucia de narrativas es lo único que importa.