¡Agárrese, que la política mexicana esta semana parece un reality show de terror con toques de comedia involuntaria! El drama principal...
¡Agárrese, que la política mexicana esta semana parece un reality show de terror con toques de comedia involuntaria!
El drama principal se centró en el vil asesinato de Carlos Manzo, el valiente alcalde independiente de Uruapan, Michoacán, ocurrido durante la tradicional Fiesta de las Velas. Manzo, conocido como "El del Sombrero", no solo se había atrevido a desafiar frontalmente al crimen organizado, sino que también era una voz incómoda que clamaba por ayuda al gobierno federal y criticaba abiertamente al gobernador morenista Alfredo Ramírez Bedolla. La ironía fatal es que el edil ya contaba con protección federal —14 elementos de la Guardia Nacional y policías municipales de su confianza— lo que solo sirvió para probar que el crimen organizado es el que realmente manda en la región.
El gobernador Bedolla, por su parte, tuvo una bienvenida tan cálida en el funeral que lo corrieron a gritos, insultos y hasta un manotazo, probando que el descontento popular no se anda con diplomacias en Michoacán. Mientras tanto, la dirigencia de Morena, como Luisa María Alcalde, bateó las críticas como mera "politiquería", insistiendo en que la inacción del gobierno no tiene nada que ver con que hayan matado a un opositor que pidió ayuda y fue ignorado. ¡Qué conveniente!
Y si de escándalos vergonzosos hablamos, no podemos olvidar a los funcionarios que, según una columna, andan con la boca "embarrada de chocolate", como niños traviesos que intentan negar lo evidente, refiriéndose a los fraudes en la elección judicial y a las acusaciones de corrupción contra figuras como Adán Augusto López.
En el Congreso, los legisladores dieron una clase magistral de cómo defender el presupuesto propio: aunque la presidenta Claudia Sheinbaum quería prohibir la reelección y eliminar las curules plurinominales, los diputados y senadores de todas las facciones (incluyendo Morena, el PT y el PVEM, que están "pegados a la ubre" oficial) se negaron rotundamente a tocar el "negocio de los dirigentes". Además, en un acto de suprema austeridad (para los demás), los diputados se auto-aprobaron un aumento neto de 9.5% para 2026, porque, claro, ellos son especiales y merecen ese jugoso seguro médico privado y las compensaciones. ¡Prioridades!
En el frente internacional, el subsecretario de Estado de EE. UU., Christopher Landau, no perdió el tiempo para aprovechar el asesinato de Manzo y ofrecer (o quizá sugerir con firmeza) la cooperación para "erradicar el crimen organizado", lo cual suena menos a ayuda y más a la eterna amenaza de intervención. Esto se suma a la presión de los CEO de EE. UU. que piden a Donald Trump eliminar aranceles, aunque también exigen a México garantizar la independencia judicial y la autonomía regulatoria.
Finalmente, en el reino del absurdo, Paco Ignacio Taibo II sigue siendo "linchado" por una declaración sobre misoginia que nunca hizo, lo que demuestra que Twitter (o X) hace justicia más rápido que cualquier tribunal. Y el senador Gerardo Fernández Noroña regresó de su viaje de "solidaridad" a Palestina, afirmando estar "tranquilo y satisfecho", aunque no logró comprar libros en Barcelona por ser día feriado. ¡Vaya que el universo conspira contra la lectura!
Todo esto, en suma, nos deja claro que, a pesar de los discursos y las promesas de cero impunidad, en México, la vida sigue siendo una tragicomedia donde los valientes mueren a pesar de tener 14 guardaespaldas, y los políticos se preocupan más por el presupuesto de su peluquería en San Lázaro que por la paz social.