Se veía venir y sucedió: CITI, después de ver el jaloneo que se hizo por Banamex de quítale, ponle, bájale, súbele, éntrale, exprópiale, quítale, critícale y cuanta mugre, y aparte sal en las mañaneras, decidió mejor ya dejar por la paz el asunto. Adiós Larrea, adiós Grupo México y mejor optar de plano por una OPI, una Oferta Pública Inicial en la cual, si usted quiere, puede comprar acciones de CitiBanamex, una, diez 20, 10 millones si usted quiere y pues si, dependiendo de la lana que tenga, y entonces tener participación en este banco.
Y por cierto, obviamente al ser una OPI, necesaria y forzosamente el negocio se considerará ya desincorporado de CITI una vez que esta compra alcance el 50% de las acciones que tienen voz y voto. Hasta entonces eso quedaría saldado. Estamos hablando de que esto le va a tomar años al banco y por supuesto, es más, de hecho está proyectando que esto pudiera estar desincorporado ya al banco en su totalidad hasta mucho después de el año 2026.
Esto quiere decir que ya López Obrador no verá terminado este proceso, se acabó, se jode y se fregó. No habrá más. Así pues, entonces ni Larrea ni el gobierno tendrán tema en este asunto. Pero evidentemente, aunque no lo diga CITI, en cuanto el presidente deslizó siquiera la más mínima posibilidad de que el gobierno pudiera ser el dueño de Banamex, ahí sí dijo no, ni madres. Obvio no lo dicen en el comunicado, pero evidentemente en menos de 24 horas tenían la respuesta: Se cancela la venta original y nos vamos mejor por la OPI. ¿Que ya se le olvidó a López Obrador la mala experiencia que tuvieron, que tuvo el propio gobierno siendo dueño de bancos?, ¿que ya se le olvidó que después de la barrabasada que hizo José López Portillo de nacionalizar la banca?. No, no, bueno, se acabaron... por poco, se acaban los bancos, ¿que ya se le olvidó? usted estaba muy chavillo seguramente cuando sucedió este tipo de cosas, pero aquí el tema radica en que una vez expropiados los bancos y que fueron pagados por centavos, pues obviamente el gobierno los dejó secos. Secos, secos y cuando los vendió de regreso los vendió caros y entonces obviamente descapitalizó a los dueños originales y a los nuevos dueños, lo cual fue una de varias cosas que provocaron luego después el FOBAPROA. Digo, por si usted no se acuerda, verdad? Yo sí me acuerdo lo que es la vejez, verdad? Entonces ya sabemos perfectamente que el peor, el peor, el peor dueño posible de un banco, es el gobierno.
Y ante esa posibilidad, CITI, insisto, aunque no lo diga en su comunicado, dijo ni madres. Eso no vuelve a suceder aquí en México, por lo menos en los que nos queda de vida o lo que le queda a esta administración. Pero insisto, los manotazos del presidente López Obrador han sido sumamente preocupantes, porque este amago de que el gobierno pudiera comprar Banamex muestra de cuerpo entero lo que en realidad es López Obrador, más allá de ser un autócrata consumado, es una persona que definitivamente, aunque diga lo que diga, no recuerda la historia moderna de México.
No tiene ni idea. Bueno, es más, si de pronto se acuerda, además de no entenderla, le vale un reverendo pepino. Insistimos, el puro amago de una posible compra por parte del gobierno bastó para que el changarro dijera No, no va a suceder. ¿Por qué cree usted? Sí, es una pésima idea que exista un gobierno que tenga banco o bancos.
Y ante estas circunstancias, obviamente nos preguntamos Bueno, ¿pues qué va a ser entonces, después de los demás negocios?, con un gobierno que definitivamente está reventando los grandes negocios o a las grandes empresas, híjole, ya urge que ya se acabe. Bueno, ya van cuatro años, nueve meses. Se antoja eterno lo que falta. Pero híjole, ya urgente, ya el que sea, el que la corcholata que venga, ya sea Claudia o Marcelo, que son los dos únicos que tienen posibilidades.
Pos híjole, a ver cómo les va para remediar este reverendo berenjenal que está dejando López Obrador. Está complicado...